ANDANDO

“Al principio, fue la necesidad la que hizo que tomara la decisión de irme. Necesidad de cambio, necesidad de algo nuevo… luego la necesidad se convertió en hábito y el hábito otro vez en necesidad, quise volver tantas veces y no pude, pero un día me decidí y volví, me quedé, mi cuerpo se quedó pero mi cabeza ya andaba por otros lados.”

Rocío Plúas.

 

El futuro, estación de paso. Una instalación de Rocío Plúas

Julio César Abad Vidal

 

Ante la situación calamitosa en la que los políticos y la banca habían dejado al país, con una deuda externa inasumible ante la pertinaz devaluación de su moneda nacional, Ecuador hubo de renunciar al sucre para, en su lugar, adoptar una extranjera, el dólar estadounidense. El entonces Presidente de la República, Jamil Mahuad Witt, realizó el anuncio a la ciudadanía el 9 de enero de 2000. Cuatro días más tarde, el dólar pasó a ser moneda legal (fijándose su valor definitivo en 25000 sucres por dólar). El fenómeno de la dolarización provocó una extraordinaria caída en el nivel adquisitivo de los ciudadanos, la miseria se generalizó, lo que provocó un éxodo masivo de la población ecuatoriana adulta. Los emigrantes en edad y capacidad de trabajar, mediante el envío de sus remesas, contribuían de modo mayoritariamente imprescindible a la supervivencia de sus familiares, ya tan lejanos.

Rocío Plúas, quien ha residido media vida en diversos países del mundo (Alemania, Argentina, España, Francia y Singapur), y tras de conocer de primera mano durante su residencia argentina las consecuencias del corralito bancario, asistió a los estragos de la dolarización en su Guayaquil natal a su regreso al país en 2003. Ambas experiencias la condujeron a comenzar a trabajar en unas hormas adquiridas de segunda mano, inspirándose en los relatos de diferentes emigrantes. Una serie que permanece abierta y para la que emplea textiles, procede al ensamblaje de diversos objetos o aplica incisiones o pintura (a menudo, simultaneando distintas de estas soluciones). Cada una de las hormas se titula con el nombre de la persona en cuyas andanzas, venturas y desventuras, se inspira. Con un centenar de estas hormas, Plúas ha realizado la instalación de emplazamiento específico El futuro, estación de paso para el evento artístico Cuerpo y Poder.   

Las hormas son moldes con los que se confeccionan diversos objetos de uso cotidiano, pero su empleo más frecuente es el que se refiere a los utensilios de los que se sirven los zapateros para elaborar zapatos. Rocío Plúas emplea estas hormas como sinécdoque de las personas (y en concreto, de quienes emigran) y como alusión al desplazamiento, al tránsito, al cambio de lugar, al camino, en definitiva, metáfora  predilecta que identifica esta perentoria accidentalidad que es vivir.

La migración es, del mismo modo, un proceso dual. Si nace marcada por la necesidad, está surcada por la esperanza y la nostalgia. Una ambivalencia que manifiesta una expresión del refranero relacionada, precisamente, con las hormas. Así, “encontrar la horma de su zapato” resulta una expresión de interpretación contradictoria pues, si indica que se ha hallado algo acorde con los propios deseos, puede significar, asimismo, toparse con aquello que se antepone a las formas o usos frecuentes.

Con un adecuado tratamiento del tema que aborda, la instalación de emplazamiento específico, presenta una doble fase. En el momento original, ofrece al espectador un centenar de hormas, algunas intervenidas por Plúas, otras mantenidas inalteradas. Al día siguiente de la inauguración del evento artístico en que se presenta, Cuerpo y Poder, Plúas procede a la retirada de la integridad de las hormas para, en su lugar, disponer sobre el suelo la huella de aquéllas.

La instalación ofrece en ambas presentaciones un tratamiento en perspectiva que abunda en una secuencia narrativa. Las hormas más próximas al espectador se encuentran, en su integridad, intervenidas por Plúas pero, a medida que se alejan, se mezclan, crecientemente, con otras hormas sin manipulación que concluyen por ser las que integran en exclusiva el espacio más alejado del conjunto. Una estrategia con la que Plúas se cuestiona el modo en que la emigración concluye por homogeneizar la diversidad original de los hombres y mujeres nacidos a diferentes culturas que arriban a un nuevo destino con la esperanza de encontrar un futuro mejor.

Julio César Abad Vidal es Premio Extraordinario de Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Doctor en Filosofía (Área de Estética y Teoría de las Artes) y Licenciado en Historia del Arte asimismo, por la UAM. Crítico cultural y curador de exposiciones de arte contemporáneo, ha sido Investigador Docente en la Facultad de Artes y la Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca dentro del Programa Prometeo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de la República del Ecuador.

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