CHIC DOLLS, Bahía de Caráquez
Por Valentina Brevi
Es posible que aún estemos acostumbrados al arte como representación de la belleza. La ecuación arte igual belleza en occidente dejó de ser “verdad” a inicios del siglo XX. Actualmente no existe un consenso entorno a la definición general de arte. Arte no es exclusivamente igual a belleza o técnica. Para incluir la exposición Chic Dolls, Bahía de Caráquez en un contexto común vamos a establecer un parámetro: El arte como un proceso en el que se reconocen y expresan emociones.
Rocío Plúas nació en Ecuador pero ha vivido en varios países, es una mujer cosmopolita que se siente cómoda prácticamente en cualquier entorno. Esto sin dejar de reconocer el espacio que ocupa en cualquier sociedad al ser mujer, tema que trabaja continuamente en su obra. En Chic Dolls, proyecto que inició durante una residencia en Venezuela en el 2011, podemos reconocer a través de un objeto común y tradicionalmente femenino (la muñeca) los diferentes estados, no siempre visibles, del ser mujer.
El nombre Chic Dolls alude a la glorificación del consumismo, del plástico, la objetificación de la mujer en las muñecas como la Barbie, conceptos si bien no exclusivos si masificados por la cultura pop estadounidense. El uso de muñecas plásticas recicladas (tanto en el taller como en la obra de Plúas) nos exige cuestionar el significado del objeto muñeca y con ello re-significarlo. Paralelamente nos obliga a identificar el rol actual de la mujer y con ello quizás redefinirlo. De manera similar en el taller, los niños (hombres) reconocen la identidad femenina en la muñeca y trabajan en ella demostrando respeto por el otro (la mujer).
En el taller Chic Dolls, realizado con un grupo de niñas y niños de la escuela Sathya Sai, la artista actúa como guía de un viaje en el que es posible explorar emociones sin el uso del lenguaje, en el que si bien no hay un fin, existe una meta. Ella crea un ambiente en el que los y las participantes del taller pueden reconocerse como seres de múltiples dimensiones y recorren libremente un proceso creativo donde exploran su identidad. La meta? La continua práctica del proceso, el arte, eventualmente la vida.
El proyecto Chic Dolls, Bahía de Caráquez se realizó en el contexto de la Residencia Saiananda. Participó un grupo de niñas y niños de la Escuela Sathya Sai. La exhibición en el Museo Bahía de Caráquez se realiza gracias la gestión de Sara Bermeo y de Sixtina Ureta. Agradecimientos: A Chantal Fontaine. A la colaboración en el montaje de Narcisa Alvia, José Rodriguez y su equipo. A Michael Hoefig quien ha realizado un video que muy efectivamente relata la esencia de esta experiencia. A Rocío Plúas por invitarnos a ser parte de este sutil y transformador proyecto. A las profesoras que colaboraron en la ejecución del taller. A Alfredo Harmsen no solo por crear un espacio de comunión con la naturaleza en Sainanda y abrirlo a artistas sino muy especialmente por su compromiso con la educación multi- dimensional y el trabajo diario en la Escuela Sathya Sai. A las niñas y niños que participaron en el taller.
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